Cantina El Río de La Plata.
Ubicación: Regina 45-B. En la Centro (frente al INBA)
¿Porqué fui ahí?
Por casualidad. Estaba paseando con mi mejor amigo, en el Centro, cuando nos dio algo de sed y decidimos ir a tomar algo. Hartos de lugares malos y caros que hay, por ejemplo, en Madero o en Bolívar (y a los que les tocará reseña aquí), nos lanzamos a la calle de Regina, pues había leído que por ahí hay buenos lugares, y comenzamos a buscar algún lugar donde pudiéramos echar chela, y, cómo no, fumar también, pues es innegable que la cerveza con tabaco es mejor. Empezamos a recorrer tal calle, de oriente a poniente, como cualquiera, buscando buenos precios...y ahí estaba.
Es cierto, el concepto no es del todo convincente (la navegación y el rollo marino), porque, por un lado, intentan manejar una onda pub, ya saben, fish and chips, grifo de chela, penumbra, todo ese pedo, pero les choca con el concepto juvenil que también quieren manejar, reflejado esto en el mobiliario del local, los baños, la configuración de las mesas (las cuales tienen, como punto en contra, un menú gigante como mantel, que al cabo de una hora está todo arruinado por la cerveza, salsa o cenizas de tabaco que le han caído encima), la música que ponen (que choca a su vez con el hecho de tener una pantalla transmitiendo futbol, usualmente), lo que nos da una suerte de híbrido en el sentido de que nunca nos queda claro qué es lo que nos ofrece ese lugar en cuanto a copncepto; sin embargo, los precios son bastante buenos (por lo menos el año pasado estaban de locura) y es posible pasar un rato muy extenso y agradable sin gastar tanta plata.
Una de las mejores cosas para resaltar de ese bar, si no es que la mejor, es el excelente servicio que tiene. Bastante atentos, sobre todo el main man de su staff, Ramón (lo llamo por su nombre debido a que, por una parte, ya somos clientes de la casa, y porque, al ser un local relativamente pequeño, te conoces a todos bien), que nunca te deja desatendido y siempre llega en un momento oportuno a asistir tu mesa. Su actitud y su eficiencia, así como la del resto de su equipo te hacen apreciar el lugar por el servicio en primer lugar. Debo reconocer que eso subsana algunos inconvenientes que el mismo negocio tiene.
Como saben, siempre he preferido un lugar donde se pueda fumar. Aquí, afortunadamente, se puede, pues cuenta con mesas en exterior que permiten hacerlo, aunque, por estar sobre la vialidad peatonal de Regina, estás expuesto al cáncer de los bares que tienen mesas en vía pública: los mendicantes y vendedores que te interrumpen a cada rato para que les compres o les des; niños y ancianos que te pide dinero mientras estás en alguna conversación la mar de interesante. La realidad es que ellos existen porque hay gente que sí les compra o les da (y eso nos pasó a este amigo que les converso, a mí y a una mujer recién llegada de provincia que nos acompañó allí una vez...les compró todo, como ven, cosas de novatos), por eso, amigos, NO COMPREN NI DEN.
Aunado a esto, en estos momentos las mesas de exterior no cuentan con sombrillas (gran desacierto); antes sí las había, pero por alguna razón desconocida no las hay ya, y no sería la primera vez tomo cerveza con un shot de lluvia ácida, o que tendría que entrar a resguardarme de la lluvia, y en interiores, como es imposible fumar, es imposible también mantener la serenidad.
Conclusión.
La Taberna Marinera es un muy buen lugar para un "pre", o sea, para estar desde la una (que es cuando abren), y calentar para antes que irse a un lugar con mejor ambiente, es muy bueno igual para conversar plenamente (ya grabé incluso un episodio de mi podcast allí), con un ambiente, en cuanto a gente, muy cómodo, pues van allí personas de un amplio espectro de edades. Muy buen pre, y un mejor servicio, me quedaría con ello. La comida es muy cara, y no es la octava maravilla (aunque eso no sería problema si lo vemos desde un enfoque pub, claro), así que el fuerte es la cerveza, eminenentemente chelero, el bar.
Calificación.
Ubicación ****
Cerca del Metro Isabel La Católica, sobre una calle peatonal que no está siempre hasta la madre como Madero, por ejemplo, llega uno de volada, sin mayores complicaciones.
Ambiente ***
El dueño estuvo indeciso entre un bar ortodoxo juvenil y un pub, y puso las dos cosas. Además, en horas punta está full, y la única opción es estar en unas mesas que figuran tapas de barriles, y en las cuales tienes que estar parado. Y me tocó estar en una, y no es nada, pero nada lindo. Por lo demás, bien, salvo los pedinches, los vendedores y las probables lluvias.
Servicio ****
Por eso soy cliente de esa casa. El mejor servicio en muchos negocios a la redonda, diría yo.
Precio ****
Para pasarte toda la tarde, unos 400 pesos están muy de lujo allí. Buenos precios, y comida cara y mala. No coman allí a menos que mueran de hambre.
Total: **** (De lo mejorcito de la zona, y solo hasta las diez de la noche, hay mejores lugares para esa hora)
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