domingo, 9 de agosto de 2015

¿Cómo no valer madres en la prepa?



Hace poco un amigo me preguntó que qué podía hacer para no valer madres en la preparatoria (si la terminas con menos de 7.0 de promedio no puedes postular para ninguna universidad pública en México), ya que estaba a punto de bajar del siete en su promedio.

Yo le prometí que escribiría sobre ello aquí y que haría un video con esa misma temática, coincidió su pregunta con el hecho de que cumplía cuatro años de haber concluido la educación media superior.


Me sorprende que me haya pedido consejo a mí, que terminé el bachillerato con 7.2, a tres décimas de punto de no poder postular para ninguna escuela superior (aunque eso no me ha hecho tanta falta que digamos ni ha significado un gran cambio en mi vida, y ya hablé de eso) y no a alguien que la haya terminado con más de nueve de promedio, pero en realidad la razón de ello es porque es bien cierto que, arriba de siete, el número NO IMPORTA PARA UN CARAJO EN LA EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR.

Yo, que terminé la prepa de panzazo, puedo decirles con toda seguridad que da absolutamente igual si la terminas de ese modo o si la acabas con mención honorífica. 


La primera clave de esto es comprender que la preparatoria es solo una parte infinitesimal de lo que te aguarda en la vida, es el escalón más pequeño, es una burla a tu intelecto, así que solamente debes verla así, como una parte, no como un todo. De este modo te liberas del 95% de las presiones asociadas, como hacer las tareas y demás obligaciones. En otras palabras, ten la certeza de que algún día saldrás y no regresarás. Así que no hagas la tarea, nunca jamás.


Después de esto, si aún no sabes qué es lo que quieres en la vida, entonces recomendaría todo lo contrario, que te apliques mucho y saques las mejores cifras, porque al no tener en tu vida nada más que eso, sería una estupidez que encima de estar sin saber qué hay con tu vida, vayas mal en la escuela.

Afortunadamente el porcentaje de las personas que no saben qué quieren de su vida y además van mal en la preparatoria es más bien poco, así que realmente tienes que ser muy muy difuso como para estar así. Estúdiale. 


Si has decidido continuar con los estudios después de la media superior, ahí te van estas sugerencias para no valer madres en la preparatoria, y salir listo para el siguiente nivel.

1.- Ten la certeza de que solamente requieres el papel con la calificación mínima para poder postular para una universidad (nunca se fijarán en tu promedio, con que sea superior a siete punto cero, lo único que revisan en las universidades es eso y que tengo el sello de legalización, para corroborar que no sea falso).


2.- Si ya sabes qué vas a estudiar, comprende que las materias que llevas en tu currículo y que no se relacionan con la carrera no te van a servir jamás en la vida, de modo que ¿para qué aprenderlas? Personalmente supe eso cuando estaba llevando Química, Física y Biología, de modo que siempre peleé el siete, no aprendí nada, no me mortifiqué de más y al día de hoy estoy muy satisfecho de no recordar nada sobre los alquenos, alquinos y alcanos, las Leyes de la Termodinámica y los procesos de la reproducción celular. De igual modo, si lo tuyo son las ciencias y se te dan las materias que acabo de mencionar, ¿Para qué molestarse en aprender los eventos económicos que originaron la crisis del ´76, el funcionamiento del keynesianismo o los pensamientos de Wittgenstein? Incluso esto también puede ser aplicado y de mejor forma en la universidad.


3.- No tengas miedo de que seas visto como un mal estudiante. A la mayoría de las personas con las que estás interactuando en este etapa no las volverás a ver jamás en tu vida, ya sean alumnos, profesores o directivos, de modo que da absolutamente igual que tengas la imagen de una lacra preparatoriana. 


4.- Generalmente a las preparatorias no les conviene tener un índice muy alto de alumnos dados de baja, de modo que en circunstancias muy particulares, la escuela te aprobará para que no la hagas entrar en números rojos. Eso lo constaté más de una vez (en la preparatoria yo me fui a un total de 15 exámenes extraordinarios), debido a que cursaba los extraordinarios sin estudiar previamente y sabiendo que no sabía ni madres, y siempre los pasé con siete (se supone que la prepa en donde estudié tiene números muy altos de calidad en el Estado de México). De todos modos no es tan aconsejable irse a extras, porque tienes que pagar y pagar y pagar el derecho a cursarlos.


5.- Relacionado con el punto anterior, tampoco llegues al exceso de que te valga madre absolutamente todo, porque puedes perder el control y valer madres, en efecto. En mi caso fue un gran golpe de suerte el que en segundo semestre no reprobara Álgebra y causara baja administrativa por exceso de materias reprobadas (en ese año aún existía el límite de materias no aprobadas).


6.- Granjearte el favor de los profesores es muy bueno cuando son los de las materias en las que fallas, en verdad, la simpatía que le inspires a cualquier docente SÍ sirve. Personalmente este consejo no me sirvió mucho a mí porque yo estaba en muy buenos términos con los profesores de las materias que podía aprobar con los ojos cerrados, y aunque eso no significaba que me llevaba mal con los de las materias que no, tampoco que los tenía en la bolsa, así que sí batallé un poco en ese sentido.


A menos de que en tu escuela media superior exista un Salón de la Fama con las mejores calificaciones de la historia (que en todo caso sería un Salón de la Fama con los más matados de la historia, y sería un lugar de deshonra más que de gloria o fama) y que tú quisieras figurar entre esas grandes luminarias del estudio, no hace falta sacar buenas calificaciones, es más, ni siquiera hace falta aplicarse.


Usualmente estudias la preparatoria para.

A)     Ingresar a una escuela superior (para esto es lo único que sirve sacar más de siete de promedio).


B)      Para conseguir un trabajo “mejor” de acuerdo a tu escolaridad (esta es una verdad a medias, como veremos más adelante).

      Para cada inciso, yo he pasado por las suficientes pruebas para decirte que no hace falta ni siquiera aprender nada. Si vas a estudiar una carrera de Humanidades, por ejemplo, ¿para qué te sirve aprender las relaciones trigonométricas? Si vas a entrar a trabajar en un banco o en una constructora como auxiliar, ¿para qué rayos debes saber la diferencia entre un ciclón, una tormenta, una depresión tropical y un huracán? 

En el momento de entrar a la Universidad, pierdes toda noción de lo que era la prepa (lógicamente, de acuerdo a tu grado de madurez mental, para mucha gente –la mayoría- es solo una extensión de la escuela primaria), y te dedicas a estudiar solamente asignaturas relacionadas con el ámbito que escogiste, pero incluso aquí también te encuentras con materias que no te interesan, no te sirven, y si piensas hacer carrera profesional con lo que estás estudiando (que el sentido común orilla a creer que es así, pero la realidad es que no siempre es así), tampoco te servirán. 

¿De qué te sirve estudiar los fundamentos del marxismo si lo que quieres hacer es desarrollarte en el ámbito de la política electoral (en mi caso, que estudié Ciencias Políticas en la va, UNAM)? Y si analizas cada carrera, siempre encontrarás algo que no encaje, que sobre, que no sirva.

Por otra parte, cuando entras a trabajar después de la preparatoria, en Recursos Humanos (que me parece el peor lugar que puede existir en el mundo contemporáneo) ni siquiera se fijan si tu certificado es auténtico o falso, o si sacaste nueve o seis de promedio, el punto es que tengas ese papel que avala que te encuentras dentro de un marco conceptual más amplio que el de aquellos que no la cursaron. Nunca sabes qué te depara la vida de Godínez (sí, yo fui Godínez como dos años de mi vida y les juro que es un infierno todos los días y cada día es más malo), de modo que aunque entras como auxiliar administrativo, puedes terminar en otro lugar, mejor o peor. Yo siempre he tenido suerte, y en todo el tiempo que estuve trabajando en empresas, hacía lo que me venía en gana, perdía un montón el tiempo, me permitían asistir a la universidad y de todos modos odié cada trabajo que tuve. Y sobre todas estas cosas, jamás usé nada de lo que vi en la clase de Literatura, Geometría Analítica o Teoría del Conocimiento.

Todo lo que escribí arriba es válido para aquellos que cursan Bachillerato General, o sea, cualquier prepa que no ofrezca carreras técnicas, pues yo asistí a una preparatoria de ese tipo e ignoro lo que hay en escuelas como el Conalep, el CBT, el CBTIS, CBTA, similares y conexos de la República Mexicana. Aunque a juzgar por la opinión general y el tipo de personas que he visto que estudian en esas escuelas, creo que deben ser mucho más inútiles que las instituciones de bachillerato general, entonces podría decir que estos puntos son válidos para esas escuelas también.

Sin lugar a dudas, la preparatoria, para quienes no tienen una referencia previa, es un lugar de perdición, donde sacas lo peor de tu persona y te abandonas al desorden, al vicio y a la procrastinación. Como mencioné en mi artículo sobre el panorama general de la educación en México, es la etapa en donde perfeccionas el arte de evadir las responsabilidades y hacerte pendejo todo el día, todos los días, a menos, claro, que sí te guste estudiar, y tengas muy altas expectativas de la educación media superior… Si es así, ¿por qué rayos estás leyendo este artículo entonces?

Nos leemos en otra entrada.

Tu amigo Dan Rojas.

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