Una de las lecciones más importantes dentro del camino de la superación personal es la de estar cerca de gente que nos motive, de gente valiosa, de gente afín a los ideales que tenemos.
Sin embargo, esta misma lección es de las más complicadas de llevar a cabo, puesto que eso involucra el hecho de que cambiemos gente, de que descartemos a personas de nuestras vidas y las sustituyamos por otras.
A lo largo de nuestra vida nos hacemos de diversos tipos de amistades, y las que prevalecen a lo largo de los años a veces no son tan indicadas cuando queremos comenzar con un proceso de cambio y mejoramiento, es decir, son personas que a pesar de lo mucho que nos agraden y lo mucho que valoramos sus puntos de vista, NO son indicadas para motivarnos a nosotros en ese camino.
En otras palabras, si tus amigos actuales son unos pendejos, mándalos a la chingada y cámbialos por unos amigos nuevos.
Pero, ¿cómo vas a cambiar a tus viejas amistades por nuevas? ¡La amistad es algo sagrado!
Pues eso es falso, la amistad no es ni sagrada ni existente, solamente bajo ciertas circunstancias muy específicas y poco usuales. A fin de cuentas es como el amor, un bien escaso.
Onassis, el griego de oro, decía que no tenía ni amigos ni enemigos, solo competidores. Hagámosle caso.
A lo largo de mi vida, y más en estos últimos cinco años, he conocido a mucha gente, he hecho buenas migas con muchos tipos geniales, pero también con sujetos que tienen vicios y defectos que considero bastante nocivos.
En un tiempo yo era muy amigo de sujetos flojos, procrastinadores, vagos, sin un objetivo definido en la vida, y me contagié de esa energía negativa, sobre todo porque la única conversación que teníamos se basaba en lo mal que nos iba al hacer nada productivo, ni siquiera por nosotros mismos, ¿qué clase de pensamiento es ese? ¡Es basura!
Conforme fui aprendiendo más me di cuenta de que seguir teniendo contacto con ese tipo de personas me hacía más mal que bien y paulatinamente dejé de tener comunicación con ellos, hasta un momento en el cuál ya no eran más amigos míos, ¿ves? ¡Qué sagrado ni qué chingados!
Y eso también es extensivo a mi familia, tuve roces importantes con mi propio padre y con mi hermana por diferencias de pensamiento, usualmente los primeros en poner objeciones a tus ideas, a tus proyectos, son tus familiares cercanos y amigos. Es duro a veces tener que romper ese tipo de vínculos.
Hoy día sigo estando bajo la influencia de energía negativa, pero hago todo lo posible por sacudirme toda esa mierda, es difícil puesto que yo estoy formando el hábito de ser fuerte en eso, en mis acciones y decisiones, pero nunca me voy a dejar llevar otra vez al hoyo de mierda que es ver las cosas como todo el puto mundo las ve.
Como mencioné, he conocido gente muy positiva para mis ideas también, gente que me ha influenciado para bien (recuerda que las emociones son contagiosas), y ahora trato de enfocarme en rodearme de personas con mentalidad ganadora, estoy aprendiendo mucho sobre ello.
¿Cuál es la clave para poder relacionarte con gente interesante y positiva?
Hay que partir de la premisa que sostiene que la base de cualquier relación es el intercambio de valor. Nada en esta vida es gratis, nada, de modo que si queremos recibir el valor de una persona en nuestra vida, debemos dar valor a la suya.
¿Cómo puedes dar valor a la vida de otra persona?
Dar, esa es la clave. Mientras tengas algo que dar, algo real, otra persona lo puede tomar y otorgarle valor, de ahí es que se desprende que la inoperancia, la pasividad y el ocio sean mierda pura, porque no estas generando nada, no eres de valor ni para tu madre.
Por eso, haz algo, haz lo que sea, pero hazlo, y hazlo bien aunque te cueste, de ese modo te conviertes en un hombre de acción, generando valor que otra persona puede tomar para sí, y se repite el ciclo cuando quien acepta tu valor te da su valor, a su vez.
Esa es la base de cualquier relación sólida y real, desde la de un padre con su hijo, hasta un matrimonio, y tú puedes verlo si analizas cuando los matrimonios o noviazgos fallan o cuando hay problemas familiares, la ausencia del intercambio de valor.
Por eso, encuentra tu valor y ofrécelo al mundo, si alguien lo toma y te ofrece el suyo a cambio, crearán un vínculo mutuo en el que las dos partes irán hacia arriba.
Quien toma tu valor pero no te da nada no es más que un simple seguidor tuyo.
Así que este es un buen momento para pensar si la gente que te rodea te empuja hacia adelante o te tiene agarrado de los brazos. Evalúa, decide y actúa. Con el tiempo tus filtros se harán cada vez más específicos y tendrás mayor capacidad de analizar y decidir qué gente quieres que esté contigo, podrás darte cuenta de quién te puede ayudar y quién es un estúpido. Créeme, te sentirás mucho mejor después de que hayas comenzado.
Nos leemos en otra entrada.
Tu amigo Dan Rojas.
Me encantó
ResponderEliminar