martes, 11 de agosto de 2015

Más razones por las cuáles la educación en México es un asco.



Cuando estás estudiando la primaria, estás adquiriendo las bases del conocimiento que posteriormente debes desarrollar en los siguientes niveles educativos.
Esto quiere decir que solamente recibes las bases de lo que posteriormente será tu formación académica.
¿Entonces por qué son tan malas las primarias en el país?

O mejor dicho, la educación básica, ¿por qué es tan deficiente?

Primeramente, ¿a qué me refiero con “deficiente”?


Los resultados de las Pruebas ENLACE y PISA pueden decir más de lo que yo diría jamás escribiendo aquí, a eso me refiero.

Recuerdo yo que cuando estaba en la primaria, realmente no aprendí muchas cosas que digamos, es decir, no tengo una noción de que haya aprendido algo más allá de las tablas de multiplicar, las divisiones simples y las capitales de los estados del país y la mayoría de las capitales del mundo.
Probablemente digo que no tengo la noción de haber aprendido mucho porque no soy pedagogo y no comprendo los procesos infantiles de aprendizaje, y quizá aprender cosas en la primaria sea algo inherente a cursarla, sin necesidad de que tengamos presente en nuestros recuerdos ser conscientes de que aprendemos; en otras palabras, probablemente aprender en la primaria es algo automático, porque, al final, ¿quién recuerda cuando no sabía leer?

Después de pasar seis años en la primaria, corriendo de un lado para otro y aprendiendo a patear pelotas, pasamos a la secundaria, y aquí es donde comienza la verdadera deficiencia del sistema educativo mexicano.
Quisiera puntualizar en este momento un aspecto importante. Los contenidos, los planes de estudio y demás cosas relacionadas con ellos (como los libros de texto) son aplicados a escuelas públicas y particulares por igual, y deben ser, por ley, impartidos exactamente del mismo modo, de tal forma que podemos decir que la única diferencia entre las escuelas públicas y privadas es que en las privadas no ves a tantos barbajanes como en las dependientes de los gobiernos, y nada más… Bueno, eso y que en las privadas saben inglés.

Cuando pasas a la secundaria, como estaba escribiendo, viene el punto de quiebre de la educación nacional, porque, primeramente, ya no son niños los que están en las aulas, sino pre-adolescentes que, en teoría, tienen mayor criterio que los escolares de primaria, de modo que los enfoques de su educación deben ser distintos. Desde la educación sexual hasta los tradicionales talleres de oficios, todo, todo, todo, está mal en las secundarias. Y para sustentar esta teoría, apelo a ti, lector, a que te acuerdes de cuando ibas a la secundaria. ¿Qué hacías en ese tiempo? ¿De verdad aprendiste algo? ¿De verdad aprendiste mecánica automotriz o corte y confección?  Yo, a decir verdad, lo único que aprendí en la secundaria fue a fumar tabaco (cosa que no se me ha olvidado hasta el día de hoy), a besar chicas y los fundamentos de un parado futbolístico. Fuera de ello, las clases de Introducción a la Física y a la Química, de Formación Cívica y Ética y de “Educación Artística” no me sirvieron para un carajo. A menos de que mi teoría al vapor de la educación inherente aplique también a la educación media básica o secundaria, como quieras llamarla, estoy seguro que los esquemas de este nivel están tan fisurados como los de la primaria, o peor.

Ahora bien, personalmente cursé la secundaria en tres escuelas diferentes: Una secundaria federal, una telesecundaria y una secundaria técnica. Sorprendentemente, la mejor de esas tres fue la telesecundaria, cuyo sistema (el que estuvo en funcionamiento hasta 2007) sí me permitió aprender un par de cosas (que, muy naturalmente he olvidado), a diferencia de las otras dos, cuyas instalaciones eran por lo menos cinco veces mayores a las de la telesecundaria donde cursé segundo grado.

Después pasas al bachillerato, y aquí es donde todo truena, porque te das cuenta de que tus nueve años previos no han servido para nada, y las cosas que miras en este nivel tampoco te están sirviendo de mucho, es decir, si no vas a estudiar Arquitectura, Ingeniería Civil o alguna carrera parecida, ¿para qué chingados estudias Trigonometría? Si no vas a estudiar Derecho, Ciencias Políticas o alguna carrera de Ciencias Sociales, ¿por qué demonios tienes que cursar un semestre de Estructura Económica y Sociopolítica de México, Historia Mundial o Fundamentos del Derecho?

El 80% de las asignaturas que cursas en el bachillerato no te sirven ni te servirán para nada.

Recuerdo que en cuarto semestre, creo, me impartieron una asignatura llamada “Teoría del Conocimiento”.

Nadie aprendió nada sobre el conocimiento.

Principalmente porque nadie el porqué de la existencia de esa materia, o más bien, cuál era la razón por la que deberíamos aprender sobre el conocimiento.

¿De qué sirve eso si lo que quieres ser es médico, ingeniero de minas, abogado, comerciante o no quieres ser nada de nada?

Y en la universidad, a pesar de que teóricamente estás estudiando lo que de verdad quieres, también hay cosas que no están bien, desde los sistemas prehistóricos que se imparten en la UNAM (que es la universidad en la que estudié un tiempo), hasta las omnipresentes materias inútiles.

La solución a esto sería que el estudiante eligiera lo que quiera estudiar, desde un catálogo infinito de materias, sin un límite de tiempo ni de espacio, algo como la educación continua.

Y si ya existen este tipo de cosas, cursos, diplomados, especializaciones, seminarios, ¿por qué no tienen la difusión que deberían para que sean asequibles a todas las personas? ¿Cuál es la necesidad de estar perdiendo el tiempo en materias como Sociología o Geometría Analítica si nunca veremos en nuestras vidas más contenidos relacionados con esas asignaturas que esas mismas asignaturas?

O, si en algún momento deseamos estudiar Sociología o Geometría Analítica, aunque tengamos 50 años, ¿hay modo de hacerlo? Al parecer sí lo hay, pero, ¿por qué no conozco ese modo?

Ahí quedan todas esas interrogantes al aire, mientras tanto seguiremos aprendiendo las capitales del mundo, mientras allá afuera el cuerpo docente mexicano seguirá dividido entre los que defienden la calidad de la educación (o sea, lo que tenemos actualmente), y los que pugnan por un modo más malo e inútil.

2 comentarios:

  1. No se si has leido el papel higienico Divergente (no me odien, queria ser popular), o la pelicula, el sistema que funcionaria en este caso seria algo parecido a eso, donde cada quien elija las cosas que se le acomoden, le sirvan y le gusten, eso si no puede faltar paco el chato para todos (broma)

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    1. No lo he leído, pero es cierto que sería mejor así, con una adecuada orientación vocacional, no sé, hay muchas cosas qué hacer en ese campo.

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